Te vi ahí sentada,
Triste, lejana e inalcanzable.
Yo, en mis pasos
caminando lento
recordando el brillo
de tus ojos
estrellas que iluminaron mis noches;
te llamé en silencio,
mudo, el corazón de ti
y a causa de ti calló,
y esos días en que te amé
huyeron,
los versos que a ti escribí
marcaron la razón del silencio.
Te vi sentada,
junto a mí.
Ayer, tu sonrisa
dibujaba mariposas,
y en el cairel de tus cabellos
mis dedos, ángeles que en ellos
se columpiaban
a la par del viento...
Te vi ahí,
yo también me vi,
ya no estabas,
huiste en los días,
ayer,
sol y luna brillantes
hoy sólo eres humo en mi rostro,
luna amarga,
que llena mi vida de hiel.
Y te vi ahí sentada,
quise amarte,
mas tu nombre
ahogó mi corazón,
ayer, vi tristeza en tus ojos,
oscuros, negros, hondos,
en ellos mi alegría se suicidó...
Y te vi ahí,
mustia,
flor de primavera,
perfume que embriaga, mata, engaña,
yo bebí de ti,
desgajé mi vida en letras
una a una te la di,
se secaron sin tu aliento
y morí todo en mí...
Te vi ahí,
ahora me pregunto,
por que no te ignoré?
cáliz que no sació mi sed,
brazos,
que a otro corazón arrullaron,
y en ti,
mis sueños nunca despertaron.
Te vi ahí,
inalcanzable,
en las estrellas,
mil veces
tu nombre dibujé,
y te dije adiós,
hoy te busco,
no estás donde yo,
amor que fue en el pasado,
amor que no existió.
rafaelalizeero © Todos los Derechos reservados
lunes, 18 de enero de 2010
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