viernes, 19 de marzo de 2010

Tres veces.

Al principio,
te escondiste a mis ojos.
Mis palabras fueron vanas,
el rizado de tu pelo
eran nubes de amor en mi sueño,
la sonrisa que tus labios dibujaban
hicieron de mi vida
el carmín que les adornaba.
Entonces pude rozar tu boca,
y amarte en secreto.
Más te alejaste de mi sueño,
partiste...


Mi corazón lejos de olvidarte,
más quiso amarte.
Y el tiempo se hizo distancia,
y en esa distancia no tan lejana
volví a encontrar tu rostro sonriente,
lleno de luz,
fuiste una vez más
en mi vida, un alba;
esperanza al nuevo amanecer
que en mi rostro se dibujaba.
Desdicha fué mi vida
al caer la noche en mi.
Tu sonrisa se perdió,
con ella te llevaste el sol.


Cuántas veces dormí y desperté sin verte.
Cuántas veces mi sueño fué tu nombre.


Y un día, en que la primavera
derrotó a el invierno,
sobre mi cuaderno
apareció tu rostro,
el corazón recobró su fuerza...
El tuyo era el mismo,
no encontré en ti,
el cambio tan anhelado.
Y el brillo de tus cabellos,
y esa luz, que siempre fué tu sonrisa,
ocscurecierón
el nuevo amanecer de mi esperanza.
Tan inmenso fue mi sueño,
que toda tú, eres aún en mi
un dulce recuerdo.


Al final es que te amé tres veces.
Más tus tus oídos, tus ojos,
tus manos, tu corazón, toda tú,
se negaron a mis ruegos.
Dentro de mi, aún guardo tus besos,
esos besos por mi soñados.
Que distante se vuelve tu nombre
cuando viaja a través del viento,
y en mis oídos resuena el eco.
Que distante es el recuerdo,
si en el viento no existe el silencio,
escuchale atenta,
será él quien te diga,
que yo te amé tres veces. 

 rafaelalizeero © Todos los Derechos reservados

viernes, 5 de marzo de 2010

Soy...

Yo digo:



Soy como la roca



a orillas del mar,



palabras amargas de agua salada



impactan mi rostro,



olas de fuerza inusitada



arremeten contra mi vida,



no me inmuto, sólo me sostengo.



Soy un muro, construido en vertical



caprichosamente a naturaleza,



nadie mis paredes logra escalar,



no existe escalera o cordel que sirva



para descubrir que hay detrás.



Más tengo vida,



y soy como la tortuga



de caparazón fuerte,



al mínimo ataque



se pierde en sus adentros,



se esconde, que nadie sepa su verdad,



sólo importa, el poder sobrevivir.







Pero, más allá de la roca,



está la playa, cubierta de arena blanca,



suave, relajante; donde la mar



calma su furia, y se refleja en suaves olas.



Detrás del muro,



Existe un jardín de flores.



todas llenas de colores,



perfumes que embriagan



e invaden el corazón,



ese que, aunque no le oyes



a tu oído grita:. ¡Te amo¡



Sin el caparazón,



Soy un ser indefenso, sensible,



al descubierto queda mi alma,



seres malvados pueden dañarla,



si en tus manos has de tomarla,



exclamaré. ¡Estoy a salvo¡
 
rafaelalizeero © Todos los Derechos reservados